Estaba leyendo y de repente me pregunta por su libro (una publicación de más de cuatrocientas páginas que responden a la vida y a la cultura desde la perspectiva de un teórico filósofo y sobre todo educador de amplio recorrido académico, y sobre todo, vital). Le respondí que se lo pediría otro rato más para seguir leyendo más páginas al azar y agregué: “su libro no me aburre, pero los libros como este que estoy leyendo ahora… me duermen! Pero, igual debo leerlos…!”
Me dio su libro recién horneado, dándome la indicación de que se lo devolviera al otro día sin falta que después me lo volvía a prestar otro rato, y me respondió sin pensar: te aburren, si, pero… ¡hay que leerlos…!
Cuando habían pasado unos segundos, y mientras se ponía su abrigo para dejar la sala, se volvió, miró de una vez su libro y el que yo leía, y dijo:
¿Por qué lees lo que te aburre?!
No leas lo que te aburre! Me dejas intrigado Carmela! Mañana me cuentas!
Y de ahí salen estas líneas.
La intriga y la capacidad para mover la imaginación. Ya me imaginaba yo el día de mañana comentándole mis grandes descubrimientos a un teórico poderoso de la palabra. Yo, que apenas balbuceo mis ideas repitiendo frases y desatando el nudo de mi frente, diciendo pocas y malas frases.
El aprendizaje nace del encuentro, y la decisión frente a lo que queremos hacer y los buenos propósitos y también la mayor de las imaginaciones... siempre necesitamos la interacción, el diálogo. Confrontar, construir y deconstruir.
Me quedé pensando ¿por qué no aburren sus libros?
Los textos son construcciones colectivas que alguien se anima a ordenar. Estoy convencida mientras pienso en esta construcción particular, en este libro.
Porque sigo sintiendo la tentación de abrir al azar mil veces sus páginas, entonces el libro me dice algo, lo encuentro familiar y a la vez sabio. Tengo esperanzas de que me responda muchas preguntas y sobre todo las más profundas o incoherentes. Es el poder del libro adulto. El libro escrito desde una biografía particular, por una vida recorrida de muchas formas y por una misma persona que es a la vez varias, miles de sujetos en interacción. De todos ellos ha salido una idea, una palabra, un verbo válido para la reflexión.
Estaba esperando este libro, o más bien, un libro como este.
Busco entender la vida y entender la cultura y entenderme. Por eso quiero leer el libro de:
- un escritor de muchos libros anteriores, de los más estudiosos a los mas vitales
- alguien que ha recorrido el planeta y entendido decenas de culturas
- un hombre que tiene su familia, esposa, hijos que ya han encontrado sentido a sus vidas y han dado vida a otros
- un abuelo que observa como se desarrolla su nieta
- un hombre de mundo y de libros
- un profesor de universidad
- un viajero
- alguien que siempre recibe alumnos jóvenes, desde el momento en que ellos quieren comerse el mundo hasta que entienden que lo importante es lo pequeño que deciden hacer ( y todo el recorrido que implica)
- un filósofo, teólogo y pedagogo!!!
- Alguien en contacto con los procesos simples de la vida en la naturaleza: plantar, esperar, cuidar, guiar una planta, podarla, sacarle frutos…
- Un hombre cercano a todos, con la puerta de su oficina siempre abierta.
- Un hombre que gana tiempo al tiempo.
Y muchas cosas más.
Un hombre así tiene algo para decir sobre la vida y sobre como vale la pena vivirla. Ese es mi convencimiento. Un hombre así, nacido en 1941 tiene mucho para decirle a alguien que vive una vida algo patética pero que busca vivir cosas nuevas y con sentido para sí y para los demás, y que apenas ha nacido hace poco más de treinta años. Alguien que se pregunta ¡para qué estoy aquí! Y que no puede vivir sin encontrar una respuesta válida, y que aun está en búsqueda…
Ahora sigo mi lectura porque un libro así puede desplumar mis arrogancias y dejarme al desnudo conmigo misma.
Porque ya he perdido mucho tiempo y hoy busco salir de la inercia inútil.
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