Estos días vengo conociendo nuevos académicos y teniendo la posibilidad de productivos diálogos con gente que trabaja y se interesa por la innovación.
También son días de espera de autorizaciones, incripciones y de organización del proyecto de coorperación con Salto, para la formación de profesores.
De todo ello destaco dos aspectos:
- la interacción académica, el intercambio, son claves para el desarrollo; es erróneo pensar que una sola persona puede idear "el gran plan", la verdadera respuesta o la gran reforma; necesitamos promover espacios de conocimiento inter-académico, de diálogo, consulta, intercambio, recreación, lecturas, reflexión, investigación y producción.
- todos los procesos que buscan un impacto real y exitoso para la calidad de vida de la gente, requieren tiempo; la filosofía fast food no sirve para los procesos formativos; mientras se planifican unos tiempos tentativos siempre a partir del conocimiento y la experiencia, éstos deben prever de antemano la consideración de los ritmos grupales e individuales, no podemos permitirnos que una buena propuesta fracase solo porque se "calcularon" mal los tiempos vitales. Concebir el tiempo como un recurso colectivo valioso, genera, por un lado, mayor sentido de responsabilidad y por otro lado, mayor equilibrio en la distribución del tiempo.
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