martes, 15 de mayo de 2007

Entendiendo por qué...




Hace unas horas recordaba los cinco años que me separan de la iniciativa de nuestro amigo Alberto y la iniciativa del colectivo latinoamericano actual.




En aquella oportunidad ya pensábamos en un grupo, un espacio, un portal y muchos desafíos. Sin embargo, la idea no fraguó mas que por un par de reuniones. Se trataba de una excelente propuesta y sin embargo, fue un proyecto incumplido.




¿Cuál es el punto de inflexión que permite que una propuesta así, prospere o se estanque?




Se trata de procesos humanos sin duda, y por tanto, relacionales. Aunque no se podría explicar el éxito o fracaso por un solo factor, me animo a considerar como un elemento esencial, el tiempo, y por ende, la vivencia, transición, maduración... de los grupos y las personas que se ponen en relación.




La confianza, el sentido de pertenencia, la amistad, la identidad propia por un lado, y la colectiva, por otro, se construyen necesariamente en un tiempo compartido, y no tanto, por la sola expresión de intenciones.








1 comentario:

Horacio Guevara Cruz dijo...

Los sueños son efímeros su función es despegarnos de la realidad, cuando esos sueños tienen pies se convierten en metas, y las metas en proyectos.
Si esas metas hechas proyectos tienen un "esfuerzo sostenido" se convierten en realidades que nos alimentan de logros y satisfacciones que ayudan a seguir soñando. Sigamos soñando...